Economía

El Presidente busca volver a priorizar la economía para reactivar de a poco

Fábricas, plantas industriales, automotrices, obra pública y privada, la rueda se pone en movimiento. Después de 51 días en que la prioridad fue la salud, el Gobierno decidió que también llegó el tiempo para la economía, que se encuentra paralizada para contener la expansión del coronavirus.

A partir del lunes, según consignó La Nación, toda la actividad productiva estará en marcha, así lo aseguraron desde el gobierno nacional. La implementación será progresiva y estará a atada a protocolos sanitarios, pero, según las proyecciones que realizaron en la Casa Rosada, en las próximas dos semanas todas las empresas habrán arrancado su actividad.

“Es el tiempo de la reanudación económica”, explicó el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero.

La presión finalmente surgió efecto. El relajamiento de la cuarentena en todo el país, salvo en la ciudad de Buenos Aires y la provincia de Buenos Aires, es la respuesta al pedido que le hicieron llegar al presidente Alberto Fernández ante la situación alarmante que atraviesa el aparato productivo el último lunes los empresarios -la Unión Industrial Argentina (UIA), la Cámara Argentina de Comercio, la Cámara de la Construcción, la Asociación de Bancos, la Sociedad Rural Argentina (SRA) y la Bolsa de Comercio- y los referentes de la CGT.

En el decreto de necesidad y urgencia (DNU) que se publicó ayer con la extensión de la cuarentena, el Presidente habilitó una serie de ramas industriales como las automotrices y autopartes; electrónica y electrodomésticos; textil, calzado e indumentaria; metalurgia, maquinaria y equipos; gráfica, ediciones e impresiones; laboratorios farmacéuticos; química y petroquímica, entre otras actividades.

Es el primer paso. Después llegará el tiempo para la reactivación de consumo, que hoy se encuentra en niveles dramáticos. En el último mes, según la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), las ventas minoristas cayeron 57,6%. “El tema es a quién le venden si no hay gente en la calle. No será de un día para otro, pero de a poco se va a empezar a mover”, describieron fuentes oficiales.

Este es uno de los aspectos que más se repiten en la mesa de gabinete económico que integran, además de Cafiero, los ministros Martín Guzmán (Economía); Matías Kulfas (Desarrollo Productivo); Claudio Moroni (Trabajo); la titular de la AFIP, Mercedes Marcó de Pont; el presidente del Banco Central, Miguel Ángel Pesce, y la vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca.

Este grupo fue el que ganó influencia en las decisiones del jefe del Estado en los últimos días. Aunque la prioridad es la salud, como reafirmó Alberto Fernández anteayer en la conferencia de prensa, en la Casa Rosada todos miran los números para evitar el colapso de la economía.

El parate que provocó en la economía la cuarentena obligatoria puso al sector privado en una situación de altísima fragilidad pese a los programas de asistencia que el Gobierno lanzó para inyectar dinero para pagar salarios. Un informe de la UIA, que adelantó LA NACION hace cuatro días, precisó que más del 60% de las empresas no produce, un 63% de las organizaciones muestra una fuerte caída de las ventas y un 77% tiene dificultades para pagar sueldos.

Según los informes del Ministerio de Desarrollo Productivo y de la AFIP, 8 de cada 10 empresas pidieron ayuda al Estado para pagar los sueldos a través del programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP).

Desde el gobierno nacional advirtieron que el sistema productivo ya estaba en una situación delicada antes del coronavirus, herencia que le cargan al expresidente Mauricio Macri, y que la decisión de poner un freno a toda la actividad fue una respuesta “necesaria” para trabajar para evitar que el brote de la enfermedad colapse el sistema de salud.

“Ningún sector está muerto por un mes sin facturación, todos se pueden recuperar”, sostuvo un hombre de confianza del jefe del Estado.

Que no se disparen los contagios ya no es la principal variable que miran el Presidente y su equipo. La economía, principalmente el nivel de empleo y pobreza, son inquietudes que desvelan a los ocupantes de la Casa Rosada.

Lo que comienza mañana es un ensayo, si la curva de contagios crece de manera exponencial, todo volverá para atrás. Alberto Fernández se quedará con la facultad de cerrar la economía nuevamente si eso sucede. El mensaje ya fue transmitido a los empresarios y sindicalistas.

Las restricciones se mantendrán para el turismo, que el año pasado generó unos 15.000 millones de dólares, y para los comercios, al menos en la ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense. El área metropolitana concentra cerca del 70 por ciento de los contagios de coronavirus, aunque con una marcada concentración de enfermos en geriátricos, villas o asentamientos y entre el personal de salud.

Es por eso que el Presidente se reunió el jueves con Axel Kicillof y Horacio Rodríguez Larreta para analizar los desafíos que presenta la apertura parcial de la cuarentena y los sumó a la presentación que realizó anteayer por la noche.

En el resto del país -a excepción de Tierra del Fuego, del Gran Rosario y del Gran Córdoba-, a partir de mañana se recuperará “cierta normalidad”. Esta decisión, como sucedió hace dos semanas, estará en manos de los gobernadores.