El mercado laboral argentino está empezando a dar algunos indicios de mejora, pero deberá crecer mucho para recuperar todo el terreno perdido en los últimos meses. Según datos publicados por el Ministerio de Capital Humano, en los primeros diez meses del año se destruyeron 59,1 mil empleos en el país. En detalle, se pasó de 13.325.000 trabajos formales en enero a 13.265.900 en octubre, en la serie desestacionalizada (-0,4%).
¿Qué clase de empleos se perdieron? Para responder a esa pregunta, se debe hacer un análisis de las estadísticas con detenimiento. De acuerdo a los números oficiales publicados por Nación, casi la mitad de los 13,2 millones de empleos formales pertenecen a la categoría de asalariados registrados. Dentro de esa categoría, el mercado se desplomó. Los datos indican que habían 6.323.500 trabajadores en ese segmento en el mes de enero y el número bajó a 6.247.300 en octubre, lo que se traduce en una fuerte caída de 76.200 puestos de trabajo (-1,2%).
Entre las demás categorías (empleados públicos, monotributistas, trabajadores autónomos y empleados de casas particulares), ganaron 17.100 puestos de trabajo en el período analizado, lo que atenuó la caída en términos generales.
Tomando como referencia lo ocurrido en los últimos doce meses medidos por el Ministerio (octubre de 2023 a igual mes de 2024), se observa una caída de 2% en el trabajo asalariado registrado privado, lo que deja como saldo una pérdida de 129.400 puestos de trabajo. Sin embargo, no todas las actividades económicas atraviesan la misma realidad. Si bien la mayoría registró una contracción en el período analizado, hubo algunos rubros que lograron crecer.
El sector de peor desempeño en ese período fue el de la construcción, que sufrió una baja del 16,9%, un resultado claramente condicionado por el freno de la obra pública impulsada por el Estado nacional. Fue negativo también el resultado de “hoteles y restaurantes” (-2,7%), industria manufacturera (-2,3%) y el rubro de “transporte, almacenamiento y comunicaciones” (-2,3%), entre otros.
En contraparte, hubo cuatro actividades que lograron un crecimiento en los niveles de empleo. El de mayor repunte fue el de “agricultura, ganadería, caza y silvicultura”, con una recuperación de 3,8%. Mejoraron también la pesca (2,5%), la explotación de minas y canteras (1%) y el comercio (0,8%).