El Gobierno anunció este jueves el cierre de la ex Ciccone y adelantó que reestructurará la Casa de Moneda, a la cual definió como “una imprenta estatal con severas ineficiencias que se encarga de imprimir billetes, pasaportes, patentes de autos y estampillas”.
“El Gobierno Nacional va a avanzar con la disolución de la Compañía de Valores Sudamericana, la ex Ciccone Calcográfica, como se la conoce popularmente, recordada por seguramente uno de los casos de corrupción más grandes de las últimas décadas”, comenzó diciendo el portavoz.
La empresa, que ahora será disuelta por la actual gestión, había sido adquirida por Amado Boudou cuando era vicepresidente, y contaba con la capacidad de imprimir papel moneda y otra documentación oficial del Estado nacional. Por este hecho, el ex funcionario fue acusado de los delitos de cohecho pasivo y negociaciones incompatibles con la función pública y condenado a 5 años y 10 meses en agosto de 2018. También quedó inhabilitado para cargos públicos de por vida.
Acerca de la reestructuración de la Casa de la Moneda, encargada del diseño y la impresión de los billetes argentinos, entre otros documentos, Adorni aseguró que, desde el gobierno de Javier Milei consideran que tiene “poco sentido seguir con este absoluto despilfarro”.
“La mala administración de la gestión anterior representó un verdadero despilfarro de recursos con deudas que hoy ascienden a los 371 millones de dólares, un patrimonio negativo de 78 millones de dólares y un resultado bruto negativo de 20.500.000 dólares”, señaló.
En su explicación, Adorni además acusó a la gestión anterior de haber gastado “un dineral” para traer la plata del exterior porque las máquinas de la Casa de la Moneda “no daban abasto” para imprimir los billetes de mil pesos y definió la situación como “un delirio que representa fielmente lo que fue la gestión de Massa, Fernández y de la Presidenta del Instituto Patria, la señora (Cristina) Kirchner”.
El portavoz presidencial dijo que, a los gastos ya mencionados, descubrieron otros extra. En este sentido, sostuvo que al número total de los gastos se le suma la incorporación de 211 personas que hicieron crecer la dotación a más de 1.300 empleados y la financiación de cuatro inmuebles. Entre ellos, un jardín de infantes llamado La Monedita, que gastaba en promedio $1.200.000 por mes por alumno o por niño, según dijo el funcionario.
“La Monedita es paradigmático porque tenía 60 niños que iban allí al jardín y había 31 personas empleadas. Había prácticamente, cada dos chicos, una persona allí contratada. Además, tenían, por ejemplo, un servicio médico con ocho empleados, que hace cuatro años tenía solamente dos, y gastaban en ese servicio médico 370 mil dólares por año. Imaginen el presupuesto, el despilfarro que hasta tenían dinero para administrar dentro de este delirio un jardín de infantes”, expresó Adorni.
Finalmente concluyó: “En la Argentina, que ya no imprime billetes para financiar la política, la verdad es que poco sentido tiene seguir con este absoluto despilfarro para mantener una estructura al servicio de, como nos llamamos nosotros, los degenerados fiscales. Por supuesto que la readecuación de la casa de la moneda es el último clavo en el ataúd de la inflación”.