Economía

El Gobierno llegó a un acuerdo con los principales acreedores y se abre la salida del default

Luego de meses de negociaciones en medio de la pandemia del coronavirus, el Gobierno anunció un acuerdo con los principales acreedores de la Argentina para cerrar el canje de la deuday reestructurar más de US$68.000 millones en bonos, un avance que generará un alivio de miles de millones de dólares para el país y abrirá el camino para dejar atrás el noveno default de la historia.

El acuerdo, forjado durante el fin de semana, se terminó de pulir anoche y fue confirmado en la madrugada a través de un comunicado del Ministerio de Economía con detalles del arreglo entre el Gobierno y los tres principales grupos de acreedores que negociaron con Martín Guzmán: el Grupo Ad Hoc -integrado por BlackRock, Fidelity y Ashmore, entre otro fondos-; el Grupo Exchange -Monarch-, y el Comité de Acreedores de la Argentina.

Con el apoyo de esos grupos, el Gobierno tendría asegurado el respaldo necesario para avanzar con la reestructuración de los bonos que operan bajo la jurisdicción de Nueva York sin correr el riesgo a enfrentar litigios.

El Gobierno dijo que el acuerdo permitirá “un alivio de deuda significativo”. El entendimiento final de la Argentina con sus principales acreedores mantuvo el mismo esqueleto de la última oferta de Guzmán “sin aumentar el monto total de los pagos de capital o los pagos de interés que la Argentina se compromete a realizar y mejorando al mismo tiempo el valor de la propuesta para la comunidad acreedora”, detalla el comunicado.

Los tres grupos de acreedores difundieron un comunicado conjunto donde afirman que el acuerdo proporcionará “un sendero sostenible” para salir de la pandemia y un “acceso renovado a los mercados de capitales internacionales” para alentar la inversión.

“El acuerdo es un buen resultado para todos los participantes y entrega una oferta que todos los acreedores deberían apoyar”, afirmaron los acreedores.

El acuerdo ofreció tres novedades centrales. El Gobierno aceptó adelantar las fechas de pago de los nuevos bonos al 9 de enero y el 9 de julio de cada año, en lugar del 4 de marzo y el 4 de septiembre como estipulaba la propuesta original, y también corrió el vencimiento de los bonos que serán emitidos para cubrir los intereses devengados en estos meses. Esto permitió mejorar el valor de la oferta, sin que la Argentina deba pagar más. Los acreedores cedieron también al resignar el cobro de los gastos de la reestructuración, que estarán “exclusivamente cubiertos por los tenedores de bonos”.

Y, finalmente, el Gobierno aceptó ajustar las cláusulas de acción colectiva, o “CAC”, un tema espinoso que en las últimas semanas había saltado al centro de la negociación.

“La Argentina, sujeto a la oportunidad en que se evidencie su apoyo por parte de la comunidad internacional en sentido general, ajustará ciertos aspectos de las cláusulas de acción colectiva en los documentos de los nuevos bonos para abordar las propuestas presentadas por los miembros de la comunidad acreedora, las cuales buscan fortalecer la eficacia del marco contractual como base para la resolución de las reestructuraciones de deuda soberana”, indica el comunicado del Gobierno.