Vélez perdió por 3-0 ante Tigre en el Estadio José Dellagiovanna por el debut del Torneo Apertura de la Liga Profesional, con el doblete de Ignacio Russo y el gol de Martín Ortega, en el arranque de la era Sebastián Domínguez.
El inicio del encuentro fue una verdadera pesadilla para el Fortín, que entró dormido y muy estático en defensa y en una ráfaga en la que no pasó la mitad de cancha se encontró dos goles abajo. A los dos minutos comenzó la faena cuando en un veloz avance, Nahuel Banegas envió un centro cruzado desde la izquierda que recibió a sus anchas Russo para definir al segundo palo de Tomás Marchiori.
La visita no se repuso y, a los ocho, una pelota que nunca terminó de despejar en su área le cayó al inefable Nacho, quien puso la pelota lejos del arquero para aumentar la cuenta general y personal. Allí sí pareció saciar su sed de ataque el anfitrión, desnudando los problemas de su rival para generar en el mediocampo y, más grave aún, para acertar sus pases aún sin presión.
La mala jornada para los de Liniers encontró otro punto trágico cuando Joaquín García, una de las figuras del título, se fracturó el tobillo derecho en disputa con Banegas, que solo recibió amarilla de parte de Andrés Gariano, y se produjo el debut menos pensado del pibe Isaías Andrada, quien paradójicamente esta semana había recibido el aviso de Domínguez de que se buscara club porque no sería tenido en cuenta.
En la misma tónica, al minuto del segundo tiempo otra vez sacó provecho el equipo de Diego Dabove por la derecha, por donde irrumpió a sus anchas Ortega, se topó con Marchiori y tras el rebote lo venció con un disparo al poste más alejado.
En lo que siguió, el Matador de Victoria pudo manejar los hilos del trámite sin sobresaltos porque el conjunto de la V azulada no gravitó excepto por una chance aislada de Francisco Pizzini. Demasiado poco para el elenco que viene de campeonar y mucho mérito para el Matador, que puso primera a fondo en una velada de gran inyección anímica para el año que asoma.