La primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, visitará Argentina después de participar de la reunión del G20 que se desarrollará entre el 18 y el 19 de noviembre en Río de Janeiro, y tiene previsto mantener una reunión bilateral con el presidente Javier Milei en la Casa Rosada.
Meloni y Milei tienen una sintonía política inmejorable y se vienen mostrando como aliados internacionales. Ambos, más la agrupación española VOX de Santiago Abascal, participaron, desde antes de la llegada a los Ejecutivos de sus respectivos países, de mítines donde expresaron posiciones de derecha tanto en materia económica, social como en cuestiones de la política interna y global.
La sintonía ideológica entre Javier Milei y Giorgia Meloni fue inmediata y permitió que el vínculo entre ambos fluya. Se reunieron tres veces en este año, dos en suelo europeo y una en Estados Unidos.
La idea del cuarto encuentro con Meloni en Buenos Aires se gestó en los viajes de Milei a Italia, tanto a Roma en febrero, como al G7 de Apulia, en junio, pero que ganó fuerza en el cónclave que mantuvieron el mes pasado en Nueva York, en el marco de la Asamblea General de Naciones Unidas (ONU).
En el Palazzo Chigi deslizan que Meloni tiene interés estratégico en concretar la invitación de Milei para visitar Argentina y ahondar la relación bilateral. El Presidente argentino, por su parte, entiende que su vínculo con la mandataria consolida su figura como líder de la derecha regional. Mientras que la dirigente italiana emerge como referente de ese espacio ideológico en Europa y reconoce al libertario como un político disruptivo de popularidad global en expansión.
Hay un tema que es de especial interés mutuo. Tanto Argentina como Italia promueven el Acuerdo del Mercosur con la Unión Europea. Se trata de un histórico tratado comercial, con más de 20 años de vaivenes diplomáticos, que este año ha sido exhumado.
Es que las elecciones del Parlamento Europeo de junio de este año generaron un cambio en la relación de fuerzas en el bloque continental. Hubo un avance de familias de partidos de derecha y ultraderecha en detrimento del centro y la izquierda. Eso generó el debilitamiento de líderes como Emmanuel Macron que encabeza la resistencia al Acuerdo con el Mercosur por la protesta de los agricultores franceses. Como si eso fuera poco, el presidente de Francia perdió las elecciones legislativas de junio y emergió como Primer Ministro dirigente Michel Barnier, que fue ministro de Agricultura en Champs Élysées.