Con mayor disponibilidad de vacunas contra el coronavirus, la campaña de inmunización se aceleró en todo el país, pero hay una importante cantidad de argentinos que no se inscribieron aun cuando pertenecen a grupos que ya fueran convocados. Como publicó el diario La Nación, si bien ese segmento es muy dinámico y el dato no está unificado a nivel nacional, hasta ahora la media se mueve alrededor del 30%. Autoridades de distintas provincias coinciden en que la velocidad de inscripción viene aumentando, pero diseñan estrategias para llegar a esos focos.
Por ejemplo, se profundiza la habilitación de vacunación sin inscripción previa para la primera dosis para franjas de edad antes convocadas y también para embarazadas y personas con comorbilidades, a la vez que avanzan diseños de campañas de “beneficios” y “restricciones” para los vacunados y los no, respectivamente.
Los sectores antivacunas –coinciden los referentes– no tienen un rol importante en la decisión de no inmunizarse. Aunque hay, no son mayoría. Entre quienes por ahora no se anotan o no se acercan a los puestos predomina la falta de confianza en el preparado y, entre los más jóvenes, una baja percepción del riesgo. No son factores medidos, sino que surgen de la experiencia del trabajo de los equipos de salud.
Con datos al 6 de julio, en Córdoba con una población objetivo de 2.765.000 personas (mayores de 18 años), hay unas 765.000 sin anotarse (30%); en Santa Fe –se inscriben entre 10.000 y 15.000 por día– hay unas 700.000 fuera del sistema, sobre 2,7 millones; en Salta, sobre 900.000 de más de 18 años, todas las que sacaron turno fueron inmunizadas con la primera dosis y quedan 563.000 que ahora pueden vacunarse a libre demanda.
En La Pampa –según datos brindados a por el Ministerio de Salud local, al igual que en los casos anteriores y los que siguen a continuación–, hay 260.000 habitantes mayores de 18 años y 205.440 inscriptos. En Chubut suman 415.479 arriba de los 20 años y se anotaron 293.058. Así, quedan 30% y 40% pendientes, respectivamente. En Río Negro tiene la primera dosis el 50,4% de la población objetivo. En San Juan, sobre 523.000 personas a vacunar hay 315.000 inmunizadas y unas 63.000 inscriptas, con lo que queda algo más del 20% por buscar.
Fuentes de la administración neuquina, donde la meta son 178.000 personas a inocular, indicaron que “no han sobrado vacunas, lo que demuestra el interés”; entre los mayores de 40, el 80% está inoculado, y entre los de 35 a 39, el 76%. No dieron números sobre no inscriptos, aunque admitieron que esperan que se “apure” el volumen de interesados ante la más fluida llegada de dosis. En La Rioja, sobre 279.000 a inmunizar, entre anotados y vacunados se cubre el 70%; por día se anotan unas 1600 personas. Y en Misiones, de 780.000 a cubrir hay unas 480.000 vacunadas; no hay números finos de falta de presentación.
En Catamarca directamente se convoca por edad, sin trámite previo (la única que debió hacerlo fue la población con comorbilidades). Según datos oficiales, el 62,2% de los mayores de 80 ya tienen una dosis, al igual que el 81,6% en la franja de 70 a 79; el 85,7% entre los de 60 a 69; el 80,3% entre los de 50 a 59; el 72,8% en el grupo de 40 a 49; el 28% entre los de 30 a 39, y el 11% en la franja de 18 a 29. Los primeros segmentos tienen una brecha de entre 20 y 28 puntos de no asistencia.
En Tierra del Fuego resta inmunizar al 45% de la población con la primera dosis. Empezó vacunando por edad y sumó inmediatamente a personas con factores de riesgo. “La estrategia funcionó porque no tenemos prácticamente internados”, afirman. La edad de llamado fue bajando de cinco años en cinco. De los mayores de 50 años y hasta más de 80, resta vacunar entre 11% y 27% de la población objetivo.