LONDRES.- 24 horas después de comenzada la vacunación en el Reino Unido con el medicamento desarrollado por los laboratorios Pfizer y BioNTech contra el coronavirus, hoy el regulador británico desaconsejó dar la dosis a pacientes con historial de reacciones alérgicas graves.
“Como es común con las vacunas nuevas, la autoridad reguladora de los medicamentos (MHRA, en sus siglas en inglés) recomendó como medida de precaución que los pacientes con un historial relevante de reacciones alérgicas no reciban la vacuna, después de que dos personas con dicho historial respondieran ayer de modo adverso”, indicó el director nacional médico del servicio nacional de salud, Stephen Powis, de acuerdo con lo publicado por el diario El País.
“Ambas se están recuperando bien”, agregó.
Por su parte la doctora Raine, responsable del MHRA, afirmó ante un comité parlamentario que la institución había sido informada de dos reacciones alérgicas a la vacuna y declaró: “Debemos reforzar nuestra recomendación, ahora que tuvimos esta experiencia con la población vulnerable, los grupos que fueron seleccionados como prioridad, llevamos esa recomendación sobre el terreno de inmediato”. Sus comentarios formaron parte de una conversación general sobre cómo seguiría monitoreando su agencia a las personas que recibieron la droga, que obtuvo autorización la semana pasada para su uso de emergencia.
La alarma sobre la vacuna, que consiguió un 95 por ciento de eficacia en los ensayos, se encendió un día después de que Margaret Keenan, una británica de 90 años, se convirtiera en la primera paciente del mundo en recibir la vacuna contra el Covid-19 desarrollada por la alianza de las empresas estadounidense y alemana, dentro de una campaña que se augura larga y logísticamente complicada.
El Reino Unido, primer país occidental que comenzó a inocular a su población contra el coronavirus y el más castigado de Europa con más de 62.000 muertos, decidió dar prioridad en el proceso, como está indicado, a los ancianos, a sus cuidadores y al personal sanitario.
La aplicación comenzó solo en hospitales, 50 centros en total, debido a la necesidad de mantener a muy baja temperatura, entre -70ºC y -80ºC, la vacuna de la que en los últimos días llegaron las primeras 800.000 dosis desde los laboratorios de fabricación en Bélgica.
“Es increíble ver salir la vacuna, es increíble ver este tremendo impulso para toda la nación pero no podemos permitirnos relajarnos”, declaró ayer el primer ministro Boris Johnson tras visitar uno de los centros de vacunación. Todavía “no hemos derrotado al virus”, subrayó y llamó a al mundo a aceptar la inyección sin miedo.
La vacuna de Pfizer/BioNTech se administra en dos dosis, con 21 días de diferencia. Las personas mayores de 80 años, sus cuidadores y el personal sanitario son los primeros designados para ser vacunados.
Gran Bretaña ha recibido unas 800.000 dosis de la vacuna en el primer lote de un pedido total de 40 millones que debe ir llegando progresivamente en los próximos meses.
El director ejecutivo de Pfizer, Albert Bourla, dijo el martes que entendía la inquietud internacional por la velocidad con la que las compañías farmacéuticas han producido vacunas contra el coronavirus. Pero insistió en que se respetaron todos los protocolos de seguridad.
Pfizer afirmó que el MHRA les había informado de las reacciones alérgicas, pero que durante los ensayos clínicos de fase 3 en más de 40.000 personas, la vacuna fue “generalmente bien tolerada, sin que se hayan registrado problemas de seguridad graves”.
En este marco Rusia comenzó a administrar la suya, la Sputnik V, el pasado fin de semana y en China se dio una vacuna experimental a un grupo muy pequeño de la población. Mientras tanto Estados Unidos y la Unión Europea esperan aún la aprobación de sus reguladores.